Caso de éxito: Josué Silvestre

La historia de Josué Silvestre inicia en Mérida, donde nació en abril del 2014. Su padre conoció a su mamá en Huatulco, se casaron y emigraron a Yucatán, donde nacieron sus hijos Caleb y Josué. Cuando Josué cumplió ocho meses de nacido, la familia se mudó a la comunidad de Los Olivos, en el municipio de Santa María Huatulco y su papá comenzó a trabajar como mesero en las playas de Bahías de Huatulco, Oaxaca.

La mamá se dio cuenta de que Josué no escuchaba cuando este tenía 2 años. Sin embargo, el diagnóstico tuvo que esperar debido a paros laborales constantes en el Seguro Popular. Josué llegó al Centro de Atención Integral (CAI) Un Nuevo Amanecer a los 3 años en junio de 2017, recomendado por una persona que conocía nuestro trabajo.

Al ingresar observamos que presentaba intención comunicativa, aunque sin lenguaje y estaba atento a lo que sucedía a su alrededor. Necesitaba adquirir hábitos de trabajo: mejorar habilidades motoras, tener coordinación y lo más importante, aprender a comunicarse mediante la Lengua de Señas Mexicana (LSM) y lenguaje verbal. En el mes de agosto de 2017 ya hacía la seña que significa “mamá” en LSM y mostró avances en la verbalización de algunas palabras. Esto lo motivó y reforzó su autoestima.

Para Josué, el auxiliar auditivo es clave en su desarrollo. No ha sido fácil para su familia su adquisición: tanto el primero que recibió a los 3 años (heredado por un adulto mayor) y el que posteriormente compraron sus papás se descompusieron, razón por la que estuvo un año sin un aparato hasta que una persona le donó otro de excelente calidad y así pudo mejorar notablemente en la comunicación verbal.

Para la familia de Josué, salir de la comunidad de Los Olivos requería caminar por una hora hasta salir a la carretera federal y después tomar el transporte, lo que representaba un gasto fuera de las posibilidades económicas de sus padres. En el mes de octubre de 2019 la familia se mudó a Huatulco para facilitar los traslados al CAI Un Nuevo Amanecer.

Actualmente tiene 5 años y asiste a la escuela regular, cursa el tercer año de preescolar. Es muy simpático, le gusta trabajar, siempre hace las tareas y ha alcanzado importantes logros en su desarrollo del lenguaje. Aunque sabe LSM, prefiere hablar. Su mamá, a pesar de ser muy joven, ha mostrado un gran compromiso con el proceso de aprendizaje en el CAI.

Deseamos que Josué tenga una infancia feliz de la que atesore bellos recuerdos y que desarrolle todo su potencial. En Un Nuevo Amanecer esperamos que su familia siga esforzándose como hasta ahora para que ingrese el próximo año a la educación primaria. Ponemos todo nuestro empeño en brindarle las herramientas necesarias para lograrlo.

El caso de Josué es un testimonio sobre la importancia de un adecuado y eficiente programa de rehabilitación, que puede transformar el futuro de las personas con discapacidad. Sólo necesitan tener la oportunidad.